¿Qué es una respuesta?
Una respuesta no está programada:
se experimenta en el momento.
Miras la flor, miras
realmente la flor, sin ninguna idea que te cubra los ojos.
Miras esta flor, concretamente ésta;
dejando de lado todos
los conocimientos, tu corazón responde.
Tu mente reacciona.
La responsabilidad es del
corazón.
Puede que no digas nada;
de
hecho, no hay necesidad de decir:
«Esto es
hermoso»
Cuando respondes, puede que
las palabras no sean necesarias en absoluto o puede que a veces sean
necesarias;
dependerá de la situación.
dependerá de la situación.
Pero no estarán presentes necesariamente:
puede que sí, puede que no.
La respuesta es del corazón.
La respuesta es una sensación, no un pensamiento.
Estás emocionado:
al ver la rosa algo empieza a bailar
en ti, algo se aviva en el núcleo más profundo de tu ser, algo empieza a abrirse dentro
de ti.
La flor externa emplaza a la flor interna, y la flor interna responde:
ésta es la «respons-habilidad» del corazón.
Y si no estás ocupado con trivialidades, tendrás suficiente energía, energía abundante, para tener esta
danza interna del corazón.
Cuando la energía se gasta en los pensamientos, tus sensaciones se
mueren de hambre.
Los pensamientos son parásitos:
viven de la energía que es realmente para las sensaciones, la explotan.
Los pensamientos son como
escapes en tu ser:
extraen tu energía.
Entonces eres como una
vasija con agujeros:
no puedes contener nada, permaneces pobre.
Cuando no hay pensamientos,
tu energía está contenida dentro, su nivel comienza a ascender cada
vez más, sientes una especie de
plenitud.
En esa plenitud, el corazón responde.
Y entonces la vida es poesía, entonces la vida es música, y solo entonces puedes lograr el milagro de hacer que las
acciones verifiquen tus palabras, no antes.
Entonces no solo dices
«Te amo»,
tu existencia
misma prueba el amor.
Entonces tus palabras no son
palabras impotentes, tienen alma.
Y vivir así es la única vida que
merece la pena ser vivida:
cuando tus palabras y tus actos se corresponden,
cuando tus palabras y tus actos no son opuestos, cuando tus palabras están llenas de tu sinceridad, cuando eres todo lo que
dices.
OSHO